Por: María Bohórquez, Nicolás Garcés, Cristian Lozano y Lina Vivas
Este concurso nos trajo bastantes sorpresas a la hora de prepararnos, puesto que no teníamos mucha información para hacerlo. Básicamente, nos enviaron un caso guía, en el que solamente constaba el nombre de las partes y las relaciones contractuales y personales de las que se podía derivar el conflicto. En pocas palabras, la conciliación podía versar sobre cualquier situación relacionada al negocio del café.
El caso fue entregado una hora antes de empezar la audiencia de conciliación y solamente contábamos con ese tiempo para su preparación. Una vez vencido, empezamos una verdadera negociación frente a otra universidad como contraparte y ante el equipo de otra, que oficiaba como conciliadora. Nos dieron un tiempo de 90 minutos para realizar la conciliación delante de tres jueces designados por las cámaras de comercio organizadoras y una vez finalizado, se daba una retroalimentación de lo sucedido en la sesión.
Respecto a cómo nos sentimos en el concurso, la preparación fue amplia, estudiamos todos los contratos mercantiles que pudieran surgir en el negocio del café. Igualmente, las herramientas que podrían servir en el camino y cómo adelantar una negociación. Así, logramos llevar a la práctica aquellos conocimientos preparados a través de las últimas semanas y lograr un acuerdo conciliatorio.
En la retroalimentación impartida por los jueces, hablaron excelente de cómo llevamos la conciliación, destacando que nuestra formula de arreglo fue fundamental para destrabar el trámite y llegar a un acuerdo.
Esta experiencia fue muy enriquecedora para nuestra formación, pues nos acercó como futuros abogados sergistas a escenarios reales y nos dejó una vasta enseñanza en métodos de negociación. Técnicas que podremos aplicar en nuestra vida profesional, como en la personal.